Los ismos del siglo XX constituyeron una de las grandes revoluciones en la Historia del Arte. Fauvismo, Cubismo, Expresionismo, Abstracción, Dada, Surrealismo radicalizaron no solo la forma de materializar imágenes sino de producir pensamiento, formulando preguntas, cuestionando, poniendo en entredicho los conceptos de artisticidad del arte y del artista.
Presentamos obras gráficas en diferentes técnicas: xilografía, litografía, linóleo, aguafuerte, aguatinta, punta seca, fotograma y buril. Trabajados por artistas seminales de la primera mitad del siglo pasado.
Dos artistas capitales del siglo XX como Picasso y Duchamp que constituyen referencias indispensables están presentes aquí. El primero se ocupó de las distintas formas de representación a través de las diferentes etapas de su carrera. Duchamp se convertiría en el artista de referencias para el arte contemporáneo anunciando los artistas sin estilo, involucrando la casualidad y el azar como ejercicios de creación y redefiniendo la concepción del arte.
Uno de los padres de la abstracción como Kandinsky y también una radicalización de la misma es Poliakoff. El futurista Severini. Estampas de los escultores Giacometti, Laurens, Zadkine.
Para los artistas de las distintas tendencias la obra gráfica fue muy importante. No solo en el conocimiento técnico sino en las posibilidades de verter en ellas los estilos de las prácticas pictóricas y escultóricas. Picasso fue seguramente el gran artista gráfico de su tiempo. Para los figurativos expresionistas constituyó un gran vínculo de expresión y comunicación. Entre estos tenemos presentes aquí la cabeza del bautista de Georges Rouault, Concierto 1 de Kokoschka, Asilo Municipal de Käthe Kollwitz, Escena bíblica de Alfred Kubin, una litografía de Chagall y Los caballos de Jacques Villon.
Otra presencia importante la constituye artistas del Dada como Arp, Max Ernst y Man Ray, aparte del mencionado Duchamp. Ellos exhibieron con los surrealistas comandados por André Breton. De este último grupo están presentes las obras de los heterodoxos Miró, Masson y los dos latinoamericanos que se integraron en París a sus filas: el chileno Matta y el cubano Lam. Así mismo están los ortodoxos Dalí y Magritte.
La presencia de estas obras cuyos artistas son obligada referencia en el arte del siglo veinte en su primera mitad pueden ilustrar al observador sobre la riqueza conceptual y formal que se produjo entre dos guerras mundiales, la Revolución Rusa, la presencia del fascismo, el holocausto y distintos acontecimientos álgidos que marcarían el carácter de un siglo convulso y de gran inventiva y transgresión.
Miguel González
Curador